A 17 años de la tragedia más importante que atravesó la Universidad Nacional del Comahue, familiares, docentes, no-docentes, autoridades, estudiantes y amigos se reunieron para recordar a Mario Tapia; Antonio Díaz; Adrián Mercado; Oscar Vaccari; María Gimena López; Gimena Padín; Roberto Monteros; Martín Lemos y Paolo Machello.
Como todos estos últimos años, los protagonistas más destacados fueron los alumnos de la Escuela Nº329 del Pilar, quienes interpretaron dos canciones y luego jugaron en el flamante Mini Muro de escalada. La escuela fue durante el accidente el centro de operaciones de rescate por su cercanía con el sitio donde una avalancha se llevó a nueve de nuestros estudiantes el 1 de septiembre de 2002. Desde ese momento la relación entre la Universidad y la Escuela del Pilar dejó una huella profunda que fue transformándose. El dolor se convirtió en acciones educativas, en brindarles a los niños y niñas otros aprendizajes, otras experiencias, la mejor manera que encontramos para homenajear a nuestros nueve estudiantes. Ese camino generó el Programa Pilar, un vínculo de aprendizaje mutuo de experiencias y conocimientos.
El acto fue presidido por Marcelo Alonso, decano de la sede Barilochense de la UNCo. En su discurso hizo alusión a que esta comunidad educativa debió revisar profundamente sus prácticas, sus formas de trabajo, sus compromisos y sus responsabilidades luego de ese accidente, y remarcó: “Hoy los traemos de nuevo a estas aulas, a estos pasillos para recordarlos una vez más, como cada primero de septiembre esta comunidad busca la forma de que estén presentes, de valorar la fuerza para seguir de sus padres y compañeros y nuestra voluntad de ser mejores, de seguir cumpliendo el rol transformador de la Universidad al formar a nuestros jóvenes y darles herramientas para ser buenos profesionales”.
Marcela Ceballo, docente de la carrera de Educación Física desde hace 20 años, habló al público y destacó la conmoción que implicó la tragedia para aquellos que la vivieron de cerca. De esa experiencia se permitió hacer una revisión desde la Universidad, que en ese momento, conmocionada, no logró contener a los compañeros de las víctimas como se merecían: “los que quedaron y fueron sobreponiéndose como pudieron, con sus angustias, con sus rabias, sus enojos y se desparramaron; porque no pudimos acobijarlos; no tuvimos la entereza como institución, para acompañar a todos esos pibes y pibas, que en su mayoría no eran de acá, que estaban recién saliendo de sus casas y no sabían cómo seguir”.
A modo reparatorio siguió: “Esas voces aun, luego de 17 años nos están faltando para recomponernos. También fueron víctimas del accidente del Ventana, las necesitamos para sanarnos entre todes, como carrera, como institución, con nuestras luces y nuestras sombras”.
A continuación el padre Juan Ángel Dieuzeide analizó la trayectoria de estos 17 años de recordatorios por las y los estudiantes fallecidos en el accidente e hizo referencia a la importancia de “las actividades solidarias de la Universidad, el derecho a la educación, alimentación y vivienda como camino hacia la libertad, la igualdad y la fraternidad”.
Como síntesis del proceso de todos estos años, el auditorio pasó del recogimiento a la ternura cuando los alumnos de 5to grado de la Escuela 329 subieron al escenario. Tocaron primero su hit “Hojas de otoño” de producción propia y luego la canción de Celine Dion “Mi corazón seguirá adelante”. Los aplausos movieron las cortinas.
Abajo del escenario niños y niñas acompañaron a los familiares para depositar las ofrendas florales en el Patio del Recuerdo. Luego se dedicaron a escalar en el flamante Muro Móvil del proyecto de extensión Escalada en Mininuro, una experiencia viajera hacia las escuelas, acompañados por estudiantes y docentes del proyecto que coordinaron la actividad.
Durante todo el día se proyectó en el punto audiovisual del Hall Central, el trabajo interinstitucional con la Escuela 329 que se ha realizado estos años en el marco del Programa PILAR.
Agradecimientos:
A la Imprenta A4 por la donación de señaléctica de las aulas que llevan los nombres de nuestros estudiantes
A transportes Margarita Stucke, porque cada año dispone el transporte escolar para los niños de la Escuela 329
A la Cátedra Deportes Regionales Estivales del Departamento de Educación Física, que les brindaron a los niños y niñas de la escuela una práctica de escalada en su flamante muro móvil.
Al Centro de Capacitación Técnica Nº1, y en especial al docente Sergio Pérez y los alumnos Romina Gómez, Julián Saldivia y Mauricio Jaque, por la enorme predisposición para realizar la estructura metálica del muro móvil.
Galería de fotos
Foto de la docente Lilén Reising
